miércoles, 25 de junio de 2008

La parodia del príncipe degollado

Sobre la maldad del ser y cómo tratar de convertirse en el "Rey de los elegidos"

“Mientras el príncipe aplaudía y aclamaba, como un espectador más al gran imitador Yorente, su hermana, alguna vez difunta, preparaba el fin de su vida. Fin que le llegaría esa misma noche cuando, reclamado por el público, se subió al escenario, inclinó su cabeza y murió degollado mientras “el imitador”, imitaba, por supuesto, a un maldito degollador.
El príncipe murió en su propia parodia, mientras el público aplaudía y aclamaba, como cualquier espectador lo hacía, al gran Imitador Yorente.”


Así es como cada uno puede caer en su propia trampa. El arte de engañar no basta sólo con ganar la primera batalla, sino preparar la estrategia para asegurarse la victoria absoluta. El féretro alcanzado con ignorancia hace caer al más débil y da respiro al fuerte oponente, para levantarse y ganar con solidez lo que le es justo.

Le pasó al líder político más horripilante y despiadado que conoció la historia de la humanidad: Adolf Hitler, que durante la Segunda Guerra Mundial creyó haber alcanzado la cumbre gracias a sus políticas antisemitas y destructivas. Con el correr de la guerra, su Alemania Nazi fue adjudicándose el poder y dominio sobre el resto del mundo. Un domino perpetrado con las garras del diablo y consumado en un infierno desgarrador, prepotente y desconsiderado.

Hitler infundió el miedo atroz y su ideología atrajo a la mayoría de la población alemana, lo que le permitió llevar a cabo la matanza más pervertida y cruel que contemplamos. Persiguió a toda etnia considerada inferior a su “raza aria”, la excluyó, la destruyó y corrió en busca de más víctimas. Millones de almas carbonizadas por un inentendible propósito: “Ser el rey de los elegidos”.

Sin embargo, el propio alter ego impune de Hitler lo forzó a caer. En “Mi Lucha”, escrito antes de llegar al poder dijo: “Casi siempre el éxito se inclinaba hacia el lado mío (…). A los espíritus pusilánimes hay que recalcarles que en esto se trata del ser o del no ser.” ¿Cómo se justifica tanta maldad en una sola persona física? Lo que la mente desviada de Hitler propinó se compara únicamente con el hambre voraz de un león. Así, el mundo entero sufrió su proyecto despiadado.

Pero cayó, al igual que el príncipe degollado, en su propia parodia. Sólo tuvo que inclinar su cabeza.

2 comentarios:

Abriles dijo...

es la historia, Muchos cayeron degollados en su propia parodia.
saludos
seguire leyéndote, lei en tu perfil que estamos en el mismo rubro.

★Carlos Becerra★ dijo...

Denis:

El poder es un estado de situación, el que cree tenerlo en ocasiones no lo tiene realmente, y aquellos que son sometidos finalmente son los que lo poseen.

Somos amos de que ?????

Es que nosotros mismos somos los que nos auto titulamos como los que estamos en la cima de la cadena animal. Y si eso es un conjetura nuestra y solo nuestra, y en realidad es que simplemente en este ultimo millón de años lo somos, pero esto es solo parte de la cadena evolutiva, y otras especies terminaran siendo los amos y señores del planeta...

A la mierda, se me va la hoya !!!
Es que me pongo a divagar y termino diciendo frases de pseudofilosofia.

En fin Denis, "El poder" es muy complicado de manejar, es atractivo, seductor, y te convence facilmente de que tu eres "El puto amo" y un día viene alguien te da vuelta la cucharilla y te deja diciendo gilipolleces en cualquier esquina.

Denis, no me olvido de tu pedido, y ya te enviare material sobre el "San Juan".

Un abrazo grande.
CarlosHugoBecerra.