miércoles, 14 de mayo de 2008

Del bala a las balas

Estuve pensando cuánto dinero hay que gastar para poner un comedor para gente de la calle. No es mi intención poner uno, ya que -y soy más que sincero- tendría que resignar dinero propio que gasto en cosas que me gustan, o que a veces llegan a mí sólo por ser adicto al consumismo.
Voy a ponerme en campaña para visitar algunos comedores y asesorarme para ver con que gastos corren los responsables de estos. No creo que sea fácil dejar de lado cuestiones personales para abrirse a ayudar gente que no tiene recursos para alimentarse, cada día.


Lo que sí me pregunto, y esto me está poniendo rabioso porque nosotros como sociedad no nos pusimos en campaña para frenarlo, es ¿cuántos comedores -uno de los destinos del dinero- se podrían inaugurar y mantener a lo largo del tiempo, con los más de u$s 4.000 millones próximos a invertir en el tren bala?
Le daríamos de comer a muchísima gente sin la posibilidad de hacerlo por sus propios medios; podríamos construir viviendas para sacarlos de la calle y que la ciudad deje de lado esa pobre imagen; podríamos crear puestos de trabajo para ubicarlos laboralmente; podríamos revertir esta situación, que ya nose si es ficticia o real..en fin, podríamos hacer tantas cosas con esos u$s 4.000 millones.
Creo que cuando tenga las estadísticas precisas sobre cuánto hay que invertir para abrir un comedor solidario, lo voy a contestar...y no van a tardar en llegar.
Volvamos a la pregunta referida al tren bala: ¿con todo ese "arsenal" de dinero, no podríamos haber pensado en darle solución a la red de ferrocarriles actuales, que hace muchos años nos olvidamos como era que funcionaban bien?
Hay mucho para pensar, y mucho para hacer.
¿Será así el flamante tren bala?

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